FRANCISCA O. MUÑOZ-OSUNA, KARLA L. ARVAYO-MATA, CARMEN A. VILLEGAS-OSUNA, FRANCISCO H. GONZÁLEZ-GUTIÉRREZ Y OSCAR A. SOSA-PÉREZ:
La química detrás de los efectos especiales mecánicos en cine y televisión: regreso a los clásicos
La trascendencia de las películas proyectadas
se relaciona, muchas veces, con la capacidad
visionaria de los cineastas para crear o recrear
fenómenos naturales o ficticios que intentan igualar
nuestra percepción sensorial del mundo, o bien,
persuadirnos de la autenticidad del mundo que nos
presentan, mediante técnicas que permiten
modificar la apariencia de la imagen o el sonido
El objeto primordial de esta investigación
bibliográfica es explicar el fundamento químico de
los efectos especiales mecánicos en cine y televisión,
así como también promover la química recreativa
como fuente de conocimiento y diversión.
Desarrollo
Los efectos especiales mecánicos, prácticos o
físicos, son los recursos más simples utilizados para la
creación inmediata de fenómenos físicos. Incluyen
efectos ambientales, pirotecnia, sangre artificial,
caracterización, disparos, explosiones, niebla, bruma
o humo, entre otros; todos ellos tienen en común el
auxilio de la química para impresionar a las personas
que disfrutan desde sus asientos a través de la pantalla.
(
Lutz, 2009). Todos estos recursos artificiales de
naturaleza científica son llamados efectos
especiales, término que se utilizó por primera vez
en 1926, en la película de Fox What Price Glory
(
Nusim, 2007).
Los efectos especiales mecánicos usan
elementos reales (Hsu y Chaniotakis, 2010) para
persuadir al observador de la autenticidad de las
imágenes, mediante la creación de fenómenos físicos
que, por su naturaleza costosa, arriesgada,
desastrosa o improbable, deben ser reproducidos
en ambientes controlados, reemplazando materiales
químicos de una amplia gama.
Durante las filmaciones, puede no contarse con
situaciones ambientales específicas, es por ello que
los cineastas buscan reproducir fenómenos
atmosféricos como la nieve, niebla, bruma, lluvia o
viento. Este último es generado por ventiladores que
pueden simular desde una simple brisa hasta un
tornado y la lluvia es creada con una mezcla de agua
y leche que se rocía con aspersores (Nusim, 2007).
En la actualidad, filmes como La Guerra de
las Galaxias, Titanic, Matrix, El Señor de los
Anillos, Avatar, Harry Potter y más recientemente
Los Juegos del Hambre, son blockbusters que han
sido homenajeados por sus efectos especiales.
Aunque es obvio que las grandes producciones
cinematográficas de los últimos 10 años han
necesitado, como la gran mayoría de las películas
de acción o ciencia ficción, efectos especiales
generados en computadora, algunos de ellos son
realizados de la forma tradicional, sobre todo en
aquellos que necesitan ser lo más realistas posibles,
como es el caso de Brigada 49.
La niebla es un fenómeno atmosférico que
comparte fundamentos químicos con otro tipo de
efectos similares. Para la producción de niebla, la
técnica más antigua y común es utilizar máquinas de
humo cargadas con CO comprimido (hielo seco) que
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se vaporiza con facilidad añadiendo agua caliente.
El hielo seco vaporizado causa un enfriamiento
instantáneo del aire de alrededor que condensa la
humedad ambiental, generando una niebla
blanquecina y relativamente densa.
La temperatura del agua añadida puede ayudar
a controlar la cantidad y densidad de niebla; el agua
Además de ser una aplicación novedosa, el cine
se ha convertido en una herramienta didáctica, como
es el caso de los talleres impartidos en la
Universidad de Oviedo, basados en el análisis de
películas como Shutter Island y series de televisión
como Bones (Fernández y García, 2012) . Por otro
lado, la Universidad de Bristol también ha
desarrollado un programa donde se aplican los
contenidos de la clase de química, seleccionando
compuestos específicos e identificando su uso en
el filme seleccionado (Diener, 2010).
caliente vaporizará el CO más rápidamente que el
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agua fría. Debido a que el CO reemplaza al oxígeno
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del aire, es peligroso utilizar esta técnica cuando se
necesitan grandes cantidades de niebla (Helmenstine,
2012) (Figura 1).
En las películas o series de televisión de magia
o misterio, es necesario producir no solo la apariencia
de niebla real, sino misteriosos humos densos y de
distinta propagación. Para ello se utiliza nitrógeno
líquido expuesto a temperaturas relativamente altas,
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Vol. VII, No. 2 • Mayo-Agosto 2013 •