• Vol. IX, Núm. 1 • Enero-Abril 2015 •16
JUVENCIO GONZÁLEZ-GARCÍA, SERGIO GUERRERO-MORALES, JOSÉ A. ANCHONDO-NÁJERA, JORGE I. SÁENZ-SOLÍS Y JOSÉ E. MAGAÑA-MAGAÑA:
Estabilidad del rendimiento de chile tipo chilaca
El concepto de estabilidad está ampliamente
ligado al fenómeno de interacción genotipo-
ambiente (G x A), entendiéndose este último
como el comportamiento diferencial de los
genotipos a través de las condiciones
ambientales cambiantes (Rodríguez-Pérez et al.,
2002). De esta manera, la estabilidad fenotípica
se representa por un valor pequeño de la
interacción genotipo-ambiente. Al respecto,
ambos términos se pueden estimar mediante
procedimientos univariados (Yates y Cochram,
1938; Finlay y Wilkinson, 1963; Eberhart y
Russell, 1966) y multivariados (Mandel, 1971;
Brennan et al., 1981; Crossa et al., 1990). El
modelo de Finlay y Wilkinson (1963) define a un
genotipo estable cuando su respuesta es paralela
a la media de todos los genotipos ensayados.
En cambio, Eberhart y Russell (1966) indican que
un genotipo se considera estable cuando el valor
de la pendiente (i) es uno y el cuadrado de la
desviación de regresión (Sdi) es cercano a cero
y por lo tanto consistente, considerando al índice
ambiental como variable independiente. Dentro
de los modelos multivariados, Additive Main
Effects and Multiplicative Interactions (AMMI) es
uno de los más utilizados para estimar la G x A
(Brancourt-Hulmel y Lecomte, 2003), al
considerar que los efectos principales (genotipos
y ambientes) son aditivos y lineales fácilmente
estimables por el análisis de varianza, mientras
que la interacción G x A se debe a efectos
multiplicativos que se explican por el análisis de
componentes principales (ACP). Por su parte,
Gauch (1992) menciona que el modelo AMMI
utiliza más de un procedimiento estadístico y
facilita obtener valores de rendimiento
aproximados a la realidad.
La diversidad de métodos existentes para
estimar la interacción G x A ha permitido la
comparación entre ellos. Alanís et al. (2010)
evaluaron el rendimiento de grano y la
estabilidad de 44 híbridos de sorgo con los
modelos de Finlay y Wilkinson (1963) y AMMI
en 16 ambientes durante los años 2001 y 2002,
encontrando que el modelo AMMI fue más
efectivo para caracterizar el comportamiento
de los genotipos de sorgo. Por su parte Pérez-
López et al. (2007) estimaron la estabilidad de
10 genotipos de papa mediante 11 índices
univariados en cinco ambientes del Estado de
México. Encontraron que el parámetro i de Tai
(1971) clasificó a los genotipos en el mismo
orden que los índices Wi de Wricke (1962), 2
i
de Shukla (1972), Si de Huehn (1990), y bi y
Sdi de Eberhart y Russell (1966).
A la fecha, en revistas de índole científico
no se han reportado estudios de estabilidad del
rendimiento en chile tipo chilaca o también
conocido como tipo Anaheim. Sin embargo, la
chilaca es ampliamente cultivada en el estado
de Chihuahua. En las principales zonas
productoras se utilizan materiales de origen
norteamericano y en menor escala materiales
criollos. Con el propósito de disminuir la alta
dependencia de semillas mejoradas de esta
hortaliza del extranjero, el programa de
mejoramiento genético de chile de la Facultad
de Ciencias Agrícolas y Forestales de la
Universidad Autónoma de Chihuahua ha creado
al menos 20 líneas de alto rendimiento. Por lo
tanto, el objetivo de esta investigación fue
estimar la estabilidad y la interacción genotipo-
ambiente del rendimiento en chile tipo chilaca,
para identificar cuáles líneas pueden ser
promovidas para su venta en las zonas
productoras de chilaca del estado de
Chihuahua.
Materiales y Métodos
Para este estudio se consideró el
rendimiento de ocho líneas de chilaca del
programa de mejoramiento genético de la
Facultad de Ciencias Agrícolas y Forestales de
la Universidad Autónoma de Chihuahua, más
un testigo de amplio uso en el estado de
Chihuahua. Las líneas se derivaron del
cruzamiento entre las variedades comerciales
Sandía y Colegio 64 y del material criollo
denominado Chile Negro Vallero del
Buenaventura, Chih., que después de cuatro
ciclos de selección familial de autohermanos
y dos posteriores de selección uniseminal se
detectaron como sobresalientes (Cuadro 1).