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Volumen. 3 Número. 7 e:1499 eISSN:2992-8508
Reflexión de los desafíos de la educación superior en línea en el
siglo XXI
Reflection on the challenges of online higher education in the
twenty-first century
Fecha de recepción: marzo 2024
Fecha de aceptación: agosto 2024
Esta obra está bajo licencia internacional
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial 4.0.
Celia Viridiana Valenzuela-Lozoya 1, Alma Lilia Sapién Aguilar 2, Daniel
Rodríguez-Salgado 3
1. Facultad de Contaduría y Administración, Universidad Autónoma de Chihuahua;
Circuito Universitario #1, Nuevo Campus Universitario, Chihuahua, Chih. México.
CP 31125; correo: cvalenzuela@uach.mx; celular: 614-128-76-73
https://orcid.org/0009-0003-9521-1694
2. Facultad de Contaduría y Administración, Universidad Autónoma de Chihuahua;
Circuito Universitario #1, Nuevo Campus Universitario, Chihuahua, Chih. México.
CP 31125; correo: lsapien@uach.mx; celular: 614-192-75-26
https://orcid.org/0000-0001-7222-2612
3. Facultad de Contaduría y Administración, Universidad Autónoma de Chihuahua;
Circuito Universitario #1, Nuevo Campus Universitario, Chihuahua, Chih. México.
CP 31125; correo: p261673@uach.mx; celular: 614-151-51-60
https://orcid.org/0009-0006-1749-6315
Correspondencia: Celia Viridiana Valenzuela Lozoya
Dirección: cvalenzuela@uach.mx
Teléfono: 614 128 7673
Reflexión de los desafíos de la educación superior en línea en el siglo XXI
Valenzuela-Lozoya1, Sapién Aguilar2, Rodríguez-Salgado3
Resumen
Las nuevas tecnologías de información y comunicación han revolucionado la
forma en que accedemos a la información. La transformación digital, impulsada por las
TIC, está revolucionando las organizaciones y esta transformación no ha sido la
excepción en la educación. La educación superior en línea ha emergido como un
componente fundamental en la esfera educativa del siglo XXI, desafiando y
transformando los paradigmas tradicionales de enseñanza y aprendizaje. En un mundo
cada vez más interconectado y tecnológicamente avanzado, la educación superior en
línea ha ganado terreno debido a su accesibilidad, flexibilidad y capacidad para llegar a
un público diverso en diferentes ubicaciones geográficas. El objetivo de este ensayo es
reflexionar acerca de los desafíos que enfrenta la educación superior en línea en el siglo
XXI. Es inminente que la educación superior en línea enfrenta una serie de desafíos, lo
que tambn representa oportunidades para transformar la manera en que se enseña y
se aprende, así como para ampliar el acceso a la educación de calidad en todo el mundo.
.
Palabras clave: Desafíos, Educación superior, Educación virtual, Tecnología.
Abstract
New information and communication technologies have revolutionized the way we
access information. The digital transformation, driven by ICT, is revolutionizing
organizations and this transformation has not been the exception in education. Online
higher education has emerged as a fundamental component in the 21st century
educational sphere, challenging and transforming traditional teaching and learning
paradigms. In an increasingly interconnected and technologically advanced world, online
higher education has gained traction due to its accessibility, flexibility, and ability to reach
diverse audiences in different geographic locations. The objective of this essay is to reflect
on the challenges facing online higher education in the 21st century. It is imminent that
online higher education faces a number of challenges, which also represent opportunities
to transform the way it is taught and learned, as well as to expand access to quality
education around the world.
Keywords: Challenges, Higher education, Virtual education, Technology.
Reflexión de los desafíos de la educación superior en línea en el siglo XXI
Valenzuela-Lozoya1, Sapién Aguilar2, Rodríguez-Salgado3
I. INTRODUCCIÓN
Las nuevas tecnologías de información y comunicación (TIC) han revolucionado
la forma en que se accede a la información. Ahora, es posible encontrar todo lo que se
necesita con solo unos pocos clicks, desde noticias y entretenimiento hasta productos y
servicios. Estas nuevas posibilidades permiten tener más control sobre la vida, es posible
elegir mo entablar una comunicación, aprender, trabajar y tener entretenimiento. Las
TIC conectan a un mundo virtual en constante expansión, un mundo donde se puede
interactuar con personas de todo el mundo, compartir ideas y experiencias, y acceder a
una gran cantidad de recursos. Las TIC han transformado la forma de vivir. Brindan más
opciones, más libertad y más oportunidades (Vélez, 2020).
La transformación digital está revolucionando las organizaciones. Plataformas
digitales, internet, tecnologías de la información, genética, nanotecnología, robótica e
inteligencia artificial transforman todos los aspectos del mundo a un ritmo exponencial.
Sin embargo, la velocidad de cambio de la tecnología contrasta con la velocidad de
cambio de los individuos, las organizaciones y la sociedad en general, que suele ser
lineal. Esta diferencia de ritmo puede generar desafíos para la adaptación a la nueva
realidad digital (De Arteche et al., 2020). Esta transformación no ha sido la excepción en
la educación, la adopción y adaptación de las TIC en las instituciones universitarias es
una necesidad imperiosa en la actualidad. Las TIC junto con las tecnologías
audiovisuales (TAC) y las tecnologías de la educación y la pedagogía (TEP), son
herramientas cruciales para dar a conocer las experiencias diarias de las personas,
especialmente en el contexto académico. Las TIC, TAP y TEP tienen el propósito de
fomentar acciones que transformen entornos marcados por la desigualdad y el atraso.
Facilitan la implementación de estrategias educativas innovadoras, esenciales para
sensibilizar a los jóvenes, sus familias y comunidades. A través de la valorización del uso
de la tecnología, se contribuye a formar jóvenes más conscientes de la realidad y
capacitados para utilizar la tecnología de manera efectiva para difundir y aumentar la
visibilidad de dicha realidad (Latorre et al.,2019).
Los cambios que se producen en el entorno competitivo de las organizaciones y
de la sociedad debido a la incursión de las tecnologías de la información y la
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comunicación en diversos ámbitos de la sociedad, la globalización económica,
internacionalización de mercados, el progreso de la ciencia y la tecnología, han creado
nuevos desafíos para la educación de las personas (Yong et al., 2017). El auge de la era
digital, ha llevado a reconsiderar y cambiar paradigmas educativos, integrar nuevas
herramientas tecnológicas en los procesos de aprendizaje, como el metaverso y las redes
sociales. Los profesores han tenido que desarrollar nuevas estrategias para enseñar y
evaluar, los estudiantes aprenden de manera diferente, en el proceso de enseñanza
existen barreras generacionales que obligan a los docentes a mantenerse
constantemente motivados para reaprender. El desafío radica, en que tanto educadores
como estudiantes, adopten una actitud de cambio y la creencia de que es posible
desarrollar habilidades digitales que fortalezcan y promuevan la autonomía, la
convivencia y el pensamiento crítico-reflexivo, impactando positivamente en los proyectos
de vida de ambos actores (Rosero y Arroyave, 2023). Aunado a esto, sucesos de gran
trascendencia, tales como la pandemia de COVID-19, marcaron un antes y un después
en todos los ámbitos; por ejemplo, las dificultades económicas provocadas por la
pandemia han reavivado el debate sobre cómo se produce el aprendizaje. El impacto de
la pandemia ha impulsado la integración masiva de tecnologías digitales en la educación
superior, dando lugar a un nuevo ecosistema de aprendizaje virtual que presenta retos
para docentes, estudiantes y la gestión universitaria (Korol y Vorotnitsky, 2022). Esto
presenta una gran oportunidad para la innovación pedagógica, la cual puede mejorar la
calidad y la equidad en el proceso educativo (Barrientos et al., 2022). Al respecto, Gaete
(2021), menciona que la pandemia de COVID-19 ha abierto la puerta a una
transformación profunda de la educación superior. Es importante aprovechar esta
oportunidad para rediseñar la educación y adaptarla a las necesidades del siglo XXI. Sin
embargo, es importante destacar que la adaptación a las nuevas necesidades no significa
renunciar a los objetivos y exigencias de la educación. Por el contrario, se trata de
encontrar nuevas formas de alcanzarlos en un contexto cambiante. La educación, tiene
el deber de moldear a las personas para que puedan afrontar los desafíos de una
sociedad globalizada, dinámica y compleja, debe preparar a las personas para ser
ciudadanos activos y responsables en un mundo en constante cambio, deben ser
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capaces de trabajar juntos para construir una sociedad más justa y equitativa para todos
(Zambrano-Alcívar et al., 2020). La transformación digital de la educación exige una
redefinición de los objetivos, la resignificación de los aprendizajes, la renovación de los
contenidos y la adopción de nuevas tecnologías. En este proceso, las innovaciones
pedagógicas son esenciales, mientras que las tecnologías de la información proveen la
infraestructura para las nuevas prácticas educativas (Korol y Vorotnitsky, 2022). Los
sistemas educativos y de gestión deben ser flexibles y receptivos a los cambios para
poder preparar a los estudiantes para los desafíos del futuro. Esto implica, entre otras
cosas, incorporar nuevas tecnologías, metodologías y enfoques pedagógicos en la
enseñanza (De Arteche et al., 2020).
La educación superior en línea ha emergido como un componente fundamental en
la esfera educativa del siglo XXI, desafiando y transformando los paradigmas
tradicionales de enseñanza y aprendizaje. En un mundo cada vez más interconectado y
tecnológicamente avanzado, esta modalidad educativa ha ganado terreno debido a su
accesibilidad, flexibilidad y capacidad para llegar a un público diverso en diferentes
ubicaciones geográficas. Los vertiginosos cambios tecnológicos y las nuevas formas de
comunicación que utilizan los jóvenes de hoy en día exigen a las instituciones educativas
un replanteamiento constante de sus planes y programas. Las instituciones educativas
no pueden permanecer estáticas en un mundo que cambia a un ritmo acelerado. Deben
ser flexibles y receptivas a las nuevas tendencias para poder seguir ofreciendo una
educación de calidad a las nuevas generaciones (Briceño et al., 2020).
El objetivo de este ensayo fue reflexionar acerca de los desafíos que atraviesa la
educación superior en línea en el siglo XXI, haciendo mención de aquellos retos más
importantes a los que se enfrenta.
II. DESARROLLO
La tecnología ha transformado el panorama educativo, permitiendo que la
educación esté disponible para una gama más amplia de estudiantes. Como resultado,
la educación en línea se ha convertido en un rival formidable para las instituciones de
educación superior tradicionales (Abad-Segura et al., 2020). La educación superior
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apunta a objetivos importantes en términos de cobertura, calidad, integración de las
tecnologías de la información y la comunicación, modernización de los métodos de
aprendizaje y currículo, lo que requiere el análisis de los proyectos que se implementan,
como vínculo entre la educación y las grandes áreas de la ciencia y la tecnología;
estamos hablando de usar transversalidad. Ante estos desafíos, surge la idea de la
educación virtual como una forma práctica, flexible y eficaz con capacidad de ocupar un
lugar importante en la educación social. Básicamente, esta modalidad de la educación
utiliza métodos, técnicas, materiales y herramientas para mejorar la educación. La
eficacia y flexibilidad del proceso de enseñanza-aprendizaje se da porque no pretende
transferir a los estudiantes los conocimientos ya adquiridos; en cambio, proporciona
métodos y estrategias para el desarrollo de habilidades y permitir que el proceso de
aprendizaje continúe, proporcionando actividades individualizadas de desarrollo de
conocimientos según sea necesario (Mera-Mosquera y Mercado-Bautista, 2019).
La educación virtual permite desarrollar el proceso de enseñanza y aprendizaje
mediante la aplicación de las tecnologías de la información y la comunicación, se puede
realizar desde cualquier lugar sin tener que encontrarse cara a cara. Esto permite al
estudiante efectuar la labor educativa desde cualquier lugar, eliminando las barreras del
espacio físico, adquirir habilidades y conocimientos a su propio ritmo y sin limitaciones
de horario, es un sistema abierto impulsado por el usuario en el que el intercambio de
ideas y conocimientos se realiza a través de diversos espacios bajo la guía y apoyo de
un facilitador que será el docente que guiará las actividades educativas. De acuerdo con
lo anterior, se puede decir que la educación virtual permite que se produzcan procesos
significativos de aprendizaje a través de la introducción de la tecnología como
herramienta educativa que potencia la calidad del aprendizaje del estudiante (Mota y
Muñoz, 2020).
La enseñanza online ha tenido un desarrollo vertiginoso en el último tiempo. Este
fenómeno se ha visto impulsado por diversos factores, entre ellos: el desarrollo de las
tecnologías de la información y la comunicación ha facilitado la creación de plataformas
educativas en línea y la implementación de herramientas digitales para el aprendizaje a
distancia; la educación a distancia ofrece mayor flexibilidad y accesibilidad a los
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estudiantes, ya que no requiere que se desplacen a un centro educativo físico (Briceño
et al., 2020).
Desde la perspectiva de la gestión de la educación en línea y considerando el
aumento en la oferta de programas de educación superior en modalidad virtual, el reto
para las universidades que ofrecen programas de formación en e-learning es enfocarse
en desarrollar habilidades y competencias administrativas. Esto implica capacitar a los
participantes para liderar y gestionar procesos, programas y organizaciones educativas
con una visión estratégica. Además, es crucial ir más allá de una formación meramente
empírica para aquellos que lideran proyectos de educación virtual en instituciones
educativas y en empresas. Un administrador de educación en línea debe ser capaz de
supervisar estos elementos, entre otros, para lograr una integración efectiva de los
componentes que intervienen en la educación virtual.
Desde la perspectiva de la relación entre educación y tecnología, el desafío
consiste en comprender completamente los beneficios y limitaciones de la educación en
línea, así como entender el significado de lo virtual en los procesos de aprendizaje y
educación. Esto permite discernir las diferencias generadas por el cambio de medios para
alcanzar los resultados y objetivos establecidos en los procesos de formación de
individuos (Yong et al., 2017).
A pesar del avance tecnológico, el desarrollo de la educación requiere ir más allá
del equipamiento. Es fundamental invertir en la capacitación docente para el uso efectivo
de las TIC. Esto permitirá implementar nuevas herramientas que fortalezcan la formación
de estudiantes activos, responsables de su aprendizaje tanto dentro como fuera del aula,
en entornos virtuales. Preparar a los estudiantes para la era de la tecnología y el
conocimiento exige una educación integral que combine las ventajas de las TIC con la
experiencia y el acompañamiento de docentes capacitados (Sánchez-Olavarría y
Carrasco, 2021). El dominio de las habilidades TIC por parte del cuerpo docente es
fundamental para optimizar el entorno de aprendizaje y construir un marco pedagógico
efectivo (Ahmad et al., 2023). Tanto docentes como estudiantes coinciden en que la falta
de contacto visual en las clases virtuales afecta negativamente la comunicación y facilita
la distracción de aquellos que no están presentes físicamente. En el contexto de las
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clases virtuales, la ausencia de contacto visual puede generar una sensación de
desvinculación y apatía en los estudiantes. Para el docente, la implementación de clases
en línea implica una necesaria adaptación del nculo profesor-estudiante a las nuevas
condiciones del proceso de enseñanza-aprendizaje. Las características del entorno
virtual exigen replantear las estrategias de interacción y comunicación. El éxito de la
enseñanza en línea depende en gran medida de la capacidad del docente para construir
relaciones sólidas y significativas con sus estudiantes, a pesar de la distancia física. Esto
implica desarrollar habilidades de comunicación efectiva, empatía y flexibilidad para
adaptarse a las necesidades e intereses de cada estudiante (Morán et al., 2021). Los
profesores deben ser dinámicos, apasionados, cooperativos y motivadores en sus
métodos de enseñanza (Khahro y Javed, 2022).
En la era de la información, la capacidad de transformar datos en conocimiento se
ha vuelto una habilidad fundamental. No solo basta con acceder a la información, sino
que es necesaria la capacidad de interpretación, análisis y conversión en conocimiento
útil. Por ejemplo, las aplicaciones de la inteligencia artificial tienen un enorme potencial
para el desarrollo social y están transformando la industria del software (González y
Martínez, 2020). Aunque la inteligencia artificial presenta grandes ventajas, también trae
consigo una serie de riesgos éticos y sociales que no deben ser pasados por alto. Aún
hay mucho por hacer para asegurar que el desarrollo futuro de la inteligencia artificial
esté en armonía con valores humanos esenciales como la justicia, la dignidad y los
derechos individuales. Los principios éticos deben ser la guía principal en la
investigación, desarrollo y aplicación de la IA, buscando siempre el beneficio de toda la
humanidad (Loján y Cárdenas 2024). Es necesario desarrollar habilidades y capacidades
para utilizar de forma eficiente las herramientas de búsqueda, producción y difusión de
información. Dominar estas herramientas permite no solo consumir información, sino
también producirla y compartirla con otros. Las plataformas digitales ofrecen una amplia
gama de posibilidades para la comunicación y colaboración en la construcción colectiva
de conocimiento. Por lo tanto, la transformación de la información en conocimiento es un
proceso esencial para la formación de ciudadanos críticos y activos en la sociedad digital.
El desarrollo de habilidades para la búsqueda, producción y difusión de información, así
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como para la comunicación y el trabajo colaborativo en entornos digitales, son claves
para un desenvolvimiento con éxito en el mundo actual (Arias et al., 2014). Sin embargo,
es imprescindible destacar la relevancia de la integridad académica, ya que es un pilar
esencial del sistema educativo, necesario para mantener la calidad, equidad y progreso
del conocimiento. Combatir el plagio no solo protege estos valores, sino que también
prepara a los estudiantes para ser profesionales éticos y responsables en su futuro. Como
mencionan (Carrasco et al., 2015), en la sociedad actual, las competencias digitales se
han convertido en un factor clave para la inclusión, la riqueza y el bienestar. En un mundo
cada vez más digital, la brecha digital se convierte en una barrera para el desarrollo
individual y colectivo. Es por ello que la adquisición de competencias digitales se torna
fundamental para la construcción de una sociedad más justa e inclusiva.
Según Umaña-Mata (2020), para determinar las áreas en las que se requiere
ampliar la oferta de formación profesional, es fundamental realizar un análisis exhaustivo
de las demandas sociales del contexto actual. Los programas deben ser flexibles,
adaptables a las necesidades del contexto social y a los avances tecnológicos. Las
universidades deben crear políticas que favorezcan el acceso a la educación a distancia
para toda la población estudiantil. Esto requiere de una infraestructura tecnológica y física
adecuada para los estudiantes. Es necesario el apoyo de los gobiernos para mejorar la
conectividad y el acceso a recursos, ya que estos temas no dependen solo de las
instituciones educativas. Las alianzas entre las instituciones educativas, el gobierno y el
sector privado son fundamentales para el rescate social y económico.
Sin duda, otro gran desafío dentro de la educación superior en línea es contar con
un modelo educativo, ya que es la base sobre la que se construye la formación en una
institución de educación superior. Es la columna vertebral que da coherencia a todos los
elementos del proceso educativo, es fundamental para determinar el tipo de formación
que ofrece. Es como un mapa que guía el proceso educativo, incluyendo la pedagogía,
la didáctica, el currículo y la evaluación. A través de su modelo educativo, la institución
define qué tipo de persona y de sociedad quiere formar. En definitiva, el modelo educativo
es una herramienta fundamental para que las instituciones de educación superior puedan
cumplir con su misión de formar personas íntegras y comprometidas con la sociedad
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(Estrada-Perea y Pinto-Blanco, 2021). Según Hidalgo (2021), el modelo educativo
plasma la esencia distintiva de la institución, diferenciándola de las demás. Aunque puede
compartir paradigmas y concepciones educativas comunes, la integración de estos
elementos con su tradición, cultura institucional, objetivos, formas de pensar, clima y
prácticas propias da como resultado una visión educativa única y diversa. Las
instituciones con un modelo educativo a distancia tienen la ventaja de poder ampliar su
oferta académica a nivel nacional, regional e internacional. La educación a distancia
permite ofrecer programas interculturales, con la participación de docentes invitados y
estudiantes de diferentes países, sin necesidad de que estos se desplacen de su país de
residencia. Esto enriquece la experiencia educativa a través del intercambio de
experiencias y conocimientos. La educación virtual facilita la movilidad virtual tanto para
el equipo docente como para la población estudiantil. Esta modalidad ofrece menores
costos y una serie de beneficios para los participantes y las instituciones a las que
pertenecen.
III. CONCLUSIONES
La educación superior en línea tiene el potencial de democratizar el acceso a la
educación, pero aún enfrenta desafíos para garantizar la equidad. La brecha digital, la
falta de infraestructura y las habilidades digitales limitadas pueden excluir a ciertos
grupos. Sin duda alguna, asegurar que la educación superior en línea sea accesible para
todos, independientemente de su ubicación geográfica, situación socioeconómica o
capacidades tecnológicas, es un desafío importante.
Las instituciones de educación superior deben adaptarse a las nuevas
necesidades y demandas de los estudiantes del siglo XXI. La educación superior en línea
requiere un enfoque innovador y flexible en el diseño curricular y en la entrega de los
contenidos educativos. Esto implica la incorporación de nuevas tecnologías,
metodologías de enseñanza y modelos educativos que se adapten a las necesidades
cambiantes de los estudiantes y del mercado laboral. También implica ofrecer una mayor
flexibilidad en cuanto a horarios, formatos de aprendizaje y modalidades de evaluación.
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La educación en nea puede ser menos interactiva que la presencial. Uno de los
desafíos es fomentar la interacción entre estudiantes y con los docentes, así como
promover la participación activa en los entornos virtuales de aprendizaje. Esto puede
requerir el desarrollo de nuevas estrategias pedagógicas y el diseño de actividades
interactivas y colaborativas.
Tanto estudiantes como profesores necesitan desarrollar competencias digitales
para desenvolverse efectivamente en el entorno virtual. Esto incluye habilidades para el
uso de herramientas tecnológicas, la gestión del tiempo y la comunicación en línea.
Implica un gran desafío de adaptarse constantemente a los avances tecnológicos.
Es crucial asegurar la calidad y el rigor académico de la educación superior en
línea. Esto implica desarrollar métodos de evaluación y seguimiento eficientes, invertir en
la formación del profesorado y establecer estándares claros de calidad, así como de
accesibilidad y usabilidad de las plataformas y materiales educativos en nea. Sin duda
alguna es fundamental que exista un modelo educativo que regule la educación virtual a
nivel superior.
Es inminente que la educación superior en línea enfrenta una serie de retos
significativos en el siglo XXI, desde garantizar la calidad educativa y la equivalencia
académica hasta fomentar la participación estudiantil y abordar las disparidades digitales.
Sin embargo, es necesario abordar los desafíos mencionados y trabajar de manera
conjunta para construir un sistema educativo más sólido, flexible y adaptado a las
necesidades de la sociedad actual, con un enfoque estratégico, una planificación
cuidadosa y una inversión adecuada en recursos tecnológicos y profesionales, estas
dificultades pueden ser superadas, y la educación en línea puede continuar
desempeñando un papel vital en la democratización del acceso a la educación superior
en todo el mundo. Los retos son diversos y complejos, pero también ofrecen
oportunidades para transformar la manera en que se enseña y se aprende, así como para
ampliar el acceso a la educación de calidad en todo el mundo. La preparación para los
desafíos de la educación superior en línea requiere un enfoque multifacético que
involucra tanto a las instituciones educativas como a los individuos. Con la infraestructura
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adecuada, la formación continua y el apoyo necesario, es posible superar estos desafíos
y aprovechar al máximo las oportunidades que ofrece la educación en línea.
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