EDITORIAL
1
e-ISSN: 2992-8184
2024 | Revista Estudios de la Información, 2(2), 1-4
hps://doi.org/10.54167/rei.v2i2.1794
Alcances de la Alfabezación Informacional y la
dispersión de variantes: ¿Cuál es el límite formavo
ante los retos actuales?
Scope of Informaon Literacy and the dispersion of variants: What
is the educaonal limit in the face of current challenges?
Con esta sección editorial se inicia el número 2 del volumen 2 (2024) de la Revista Estudios
de la Información, a través del cual se ofrece un análisis conciso sobre el concepto de Alfabezación
Informacional y cómo, de acuerdo a la literatura cienca, se ha propiciado la generación de
múlples términos de alfabezación aplicados a disntos campos del conocimiento con sus
respecvas fortalezas y debilidades. Por otra parte, se invita a consultar el resto de las aportaciones
de este número, el cual se compone de siete arculos, dos reseñas y una columna ja llamada
Escuela de editores.
Los inicios de la alfabezación como un modelo formavo estructurado, pueden
considerarse que enen sus orígenes en la propuesta surgida en Brasil hecha por Paulo Freire, cuya
idea principal se refería a que a través del aprendizaje funcional (leer, escribir y conocer las
operaciones matemácas básicas), no sólo lograría que las personas dejaran de ser analfabetas, sino
que, además, a través del conocimiento, el ciudadano adulto y obrero explotado, lograría tomar
conciencia y reexión de su situación con nes de cambiarla, pasando de ser un sujeto oprimido a
una persona consciente y racional con nes de una emancipación, bajo el propósito de lograr la
alfabezación como una prácca sociocultural.
Esta clase de iniciavas trataba de alfabezar y al mismo empo concienzar el entorno del
sujeto con nes de transformarlo, debiendo considerarse que su aplicación buscaba regularizar
rezagos en situaciones de analfabesmo sobre adultos. En general, en países lanoamericanos se
tenían dos retos: (1) tratar de regularizar el rezago educavo en adultos analfabetos vinculado a la
educación de adultos; y (2) ofrecer alternavas educavas formales para que la población en edad
de educación elemental tuviera la posibilidad de aprender a leer y escribir desde temprana edad por
medio un proceso formavo estructurado. La segunda acción, con el paso de los años y el acceso a
la educación de la gran mayoría de la población, ofreció la posibilidad de lograr resultados
favorables, en los cuales, el menor número de personas adultas observaban condiciones de
analfabesmo.
Javier Tarango
Editor en jefe
Universidad Autónoma de Chihuahua (México)
Tarango, J. (2024)
2
2024 | Revista Estudios de la Información, 2(2), 1-4
hps://doi.org/10.54167/rei.v2i2.1794
Los cambios sociales surgidos a nales del siglo XX y la proliferación de fuentes de
información ciencas y de divulgación, convireron a la interacción humana en compleja, donde,
además de haberse superado la lucha por regularizar la alfabezación inicial vinculada a la lecto-
escritura (de forma más reducida en aprendizaje de adultos y de manera fortalecida a través de la
educación básica), se logra propiciar una sociedad crecientemente letrada, surgiendo así nuevas
necesidades de redenir el perl de competencia de un sujeto capaz de afrontar los retos del
momento, con lo cual, se conceptualiza a la Alfabezación Informacional (Informaon Literacy por
su expresión en inglés), esto más allá de la lecto-escritura al considerarla como una prácca
normalizada. Lo cierto es que el concepto de Alfabezación Informacional surgió ampliamente ligado
a la Bibliotecología y las Ciencias de la Información.
La inclusión de la Alfabezación Informacional como un proceso formavo de educación
informal y no formal, muestra sus orígenes más estructurados cuando se vincula directamente a
diversos actores, tales como la biblioteca, los estudiantes y el acceso a la información,
principalmente a la educación superior, normalizándose esta acvidad como propia de las
bibliotecas académicas. Para ello, de forma paralela surgen normavas basadas en intenciones e
indicadores no cuancables, principalmente de origen estadounidense, cuyo propósito central es
denir a la persona con suciencia en Alfabezación Informacional basadas en el acceso, evaluación
y uso de los recursos informavos, complementándose al promover el aprendizaje independiente y
la responsabilidad social en el uso de la información.
Además de la normalización de la Alfabezación Informacional, se maniestan las visiones
de diversas organizaciones, tanto internacionales como bibliotecarias, donde a través de la
incorporación de este concepto se concentran variadas acvidades, realizadas previamente y otras
de reciente creación, mismas que son usadas de forma sinonímica, tales como: desarrollo de
habilidades informavas, dominio de la información, educación de usuarios, capacitación de
usuarios, instrucción bibliográca, orientación bibliográca y competencias informacionales, por
mencionar las principales. Aunque tal variedad conceptual pudiera generar confusiones, en el fondo
todas ofrecen una denición de acvidades más o menos precisas sobre lo que se comprende como
la condición que observan las personas que alcanzan el nivel de alfabezadas informacionalmente.
Aunque los esfuerzos por la consolidación de la Alfabezación Informacional han sido
sustanciales, podría decirse que no se han logrado concrezar en su inuencia, bajo diversas
circunstancias: (1) la presencia limitada de una epistemología sólida que la sustente, especialmente
al suceder práccamente como un proceso educavo alterno (de educación informal y no formal) y
al mismo empo alejado del curriculum; (2) el desarrollo de procesos instucionalizados (no
generalizados en todas las instuciones), con notable enfoque sólo al nivel de educación superior,
con baja o nula incidencia en otros niveles educavos; y (3) los procesos formavos en Alfabezación
Informacional observan baja posibilidad de evaluación o medición del impacto, ya que las normas y
estándares desarrollados hasta ahora se basan en intenciones, no necesariamente con posibilidad
de medición.
Las condiciones antes enlistadas no han sido impedimento para reconocer que la
Alfabezación Informacional ha logrado precisar sus alcances, mismos que no están exentos de
adecuaciones conforme avanzan los cambios sociales y tecnológicos vinculadas con al acceso,
Tarango, J. (2024)
3
2024 | Revista Estudios de la Información, 2(2), 1-4
hps://doi.org/10.54167/rei.v2i2.1794
evaluación y uso de la información. No obstante, preocupan más los nuevos patrones de
comportamiento de los ciudadanos en general (más allá de sólo los estudiantes y las bibliotecas) en
su relación y valoración con la información que circula en diversos ambientes, los cuales superan,
quizá, la propia denición de los alcances y limitaciones de la Alfabezación Informacional, con lo
cual, de forma no planeada han provocado el surgimiento de múlples y variados abordajes,
complementarios o alternos, de la concepción original de una persona alfabezada en empos
actuales.
En los inicios del siglo XXI, período en el que se puede idencar la consolidación conceptual
de la Alfabezación Informacional (con enfoque a universidades, estudiantes y bibliotecas), David
Bawden como pionero del tema cuesonaba el surgimiento de nuevos términos complementarios
o similares, tales como: alfabezación informáca (alfabezación en nuevas tecnologías o
alfabezación electrónica), alfabezación bibliotecaria, alfabezación en medios, alfabezación en
redes (internet o híper-alfabezación) y alfabezación digital. Si se observa, durante ese período, la
liación de la Alfabezación Informacional ya demandaba una relación directa y casi natural con el
posicionamiento de las tecnologías de la información y la comunicación, a través de las cuales se
pasaba del uso de la información sica a la mayor preferencia por información digital, estas úlmas
con un posicionamiento sustancial en el interés de los usuarios de la información.
El binomio del uso de fuentes impresas y fuentes digitales en la Alfabezación Informacional,
puede decirse que manene la esencia conceptual, donde el usuario accede, evalúa y usa
información, incluso teniendo en cuenta que pueden considerarse en ese momento temporal de
análisis, que ambos formatos son la base de los servicios que ofrece una biblioteca académica dentro
de las universidades. De esta manera, podría imaginarse que hasta aquí se han idencado los
límites verdaderos del concepto de Alfabezación Informacional ante los aparentes retos actuales,
además se logra estar de acuerdo a las normavidades y estandarizaciones, lo que posibilita
imaginar la condición de las personas consideradas informacionalmente alfabezadas.
Este breve análisis, reconoce que la Alfabezación Informacional ha logrado su propósito
conceptual, procedimental y actudinal, no obstante, dada la complejidad social y la amplia candad
de canales de acceso a la información (cienca y de divulgación), pone de maniesto el surgimiento
no controlado de una dispersión de variables de nuevas formas de alfabezación según las
necesidades del entorno. La situación se torna problemáca cuando se observa que el constante
surgimiento de variables en los modelos de alfabezación no alcanza la solidez epistemológica y
metodológica suciente, incluso llegan a ser creadas de forma independiente a los principios que
sustentan a la Alfabezación Informacional
La problemáca actual que se observa es el probable desgaste de conocimiento ante el uso
desmedido y laxo sobre el término alfabezación, el cual ha migrado de la alfabezación inicial o
funcional a la Alfabezación Informacional y de ahí a la alfabezación integral, múlple o
mulmodal. Debe reconocerse el surgimiento de alternavas complementarias como una
necesidad, tales como la digital, tecnológica, e-Learning (como una emergencia durante la pandemia
del COVID-19) y mediáca, incluso la cienca o académica en ámbitos formadores de
invesgadores, la icónica o visual y sus variantes por edad o nivel (edad temprana, adulta o en
estudiantes de nivel básico o superior); de ahí en adelante inicia el surgimiento, en diferentes
Tarango, J. (2024)
4
2024 | Revista Estudios de la Información, 2(2), 1-4
hps://doi.org/10.54167/rei.v2i2.1794
empos, de modalidades que en ocasiones ya distan en mucho de la idea original, de las cuales,
según un recuento se idencan sin ningún orden: ciberperiodísca, críca y críca emancipadora,
creava en videojuegos, cultural, múlple, interacva, matemáca, políca, geográca,
mulcultural, emocional, del dato, numérica, creava en juegos, poéca, en salud y sica (en la
comunidad, en la escuela y en casos de emergencia), intercultural, para el progreso, medios sociales
en la Web e incluso la propuesta de un “más allá de la alfabezacióncomo si se tratara de realismo
mágico.
A nivel de conclusión, se propone la posibilidad de reexionar sobre una pregunta
fundamental sobre los niveles de alfabezación ¿Cuál es el límite formavo ante los retos actuales?
Primero, surge la necesidad de generar una taxonomía de las alfabezaciones (diferenciando entre
primarias, complementarías y especializadas) y a parr de ello, se vuelve importante idencar las
condiciones básicas de Alfabezación Informacional para afrontar los retos individuales y ofrecer
soluciones adecuadas a tales problemácas, así como, complementar con aquellas propias del
campo de acción de las personas, mismas que los haga compevos en campos de acción
parculares. En ninguno de los casos se debe olvidar que la generación de categorías siempre se
demanda de una epistemología básica, así como, de herramientas, normas y estándares que las
sustenten y demuestren su efecvidad.
Cómo citar: Tarango, J. (2024). Alcances de la Alfabezación Informacional y la dispersión de
variantes: ¿Cuál es el límite formavo ante los retos actuales? Revista Estudios de la Información,
2(2), 1-4. hps://doi.org/10.54167/rei.v2i2.1794